Viajeros esperando para embarcar hacia las Islas Canarias. Fuente: AP Marruecos
Nuestro informe cubre otros cuatro meses turbulentos de cruces, acontecimientos políticos y luchas diarias contra el sistema fronterizo europeo en el Mediterráneo Occidental. Como describimos en nuestro último informe, la pandemia del Covid-19 y el subsiguiente confinamiento tanto en Marruecos como en España, así como las redadas y detenciones arbitrarias, han tenido un impacto significativo en las llegadas a España. A partir de junio, quedó claro que tanto el Estado español como el marroquí están utilizando el Covid-19 como otro medio para acosar y detener a las personas migrantes (véase la sección 2.3.) o negarles los derechos básicos como un alojamiento decente (véase 2.3 y 3). A pesar de estos obstáculos, las personas siguen buscando una vida mejor y luchando por su libertad de movimiento. Las numerosas embarcaciones que han llegado a España, a veces con el apoyo de nuestra línea telefónica, nos dan esperanza y alegría. Esto ejemplifica una y otra vez que la migración nunca puede ser “disuadida” o “detenida”, ya que es una necesidad fundamental y un derecho humano. Sin embargo, estos últimos meses de verano muestran un cambio significativo en las tendencias migratorias en el Mediterráneo occidental. Las personas en tránsito que llegan a España lo hacen ahora en su inmensa mayoría desde el Sáhara Occidental (desplazando la ruta de viaje hacia el sur) o desde Argelia (desplazando la ruta de viaje hacia el este). Estos son cambios importantes que requieren nuestra cooperación y solidaridad.
La ruta de las Islas Canarias es conocida desde hace ya tiempo por ser la más mortal del Mediterráneo, pero ha sido en el año 2020 cuando se ha hecho más evidente esta tendencia. Este año las salidas desde Mauritania, Senegal y Gambia han sido mucho más numerosas, de camino al sur de las Canarias, y han sucedido varios naufragios. Las personas que emprenden esta ruta tienen que pasar días, a veces incluso una semana completa en el mar, casi siempre enfrentándose a condiciones meteorológicas y vientos adversos. Su única esperanza es un rescate de Salvamento Marítimo, pero la zona de búsqueda y rescate de la organización española es de un millón de kilómetros cuadrados. Este es un territorio inmenso si una embarcación se ha perdido, un motor ha fallado y con gente a bordo sin ningún medio de comunicación en el Atlántico.
Comparación del número de llegadas por muerte en el mar entre diferentes rutas hacia Europa.
Fuente: OIM, Figura: El País
Las personas que quieren salir de Marruecos a menudo no tienen otra opción. El control estatal en el norte del reino es muy estricto y va de la mano con la creciente represión anti-migratoria, esto ha llevado a un aumento masivo en el precio de los viajes. El número de llegadas a las Islas Canarias, algo más de 6.000, queda todavía lejos de la llamada “crisis de los cayucos” del 2006, cuando más de 30.000 personas hicieron la travesía en barcos pesqueros de madera desde Mauritania y Senegal. Aún así, estamos extremadamente preocupadas por cada una de las salidas. Como activistas que luchan por la libertad de movimiento y como seres humanos tenemos que redoblar nuestros esfuerzos para poner fin a esta trampa mortal.
La segunda gran tendencia es un fuerte aumento de las llegadas desde Argelia. De enero a agosto, el 41% de todas las llegadas a España fueron de nacionalidad argelina (frente al 8% en el período equivalente de 2019). Como siempre, las razones son múltiples. El sistema político del ex presidente Bouteflika y la crisis socioeconómica aparentemente insuperable suelen llevar a la decisión de abandonar el país. La crisis desencadenada por el Covid-19 y las contramedidas adoptadas para evitar su propagación han hecho aún más difícil la vida cotidiana de muchas personas. El poseer un pasaporte argelino no ofrece casi ninguna perspectiva de obtener un visado para la UE, por lo que la población argelina se ve obligada a tomar la peligrosa ruta marítima. Al igual que sus vecinas marroquíes, se las separa inmediatamente de las demás personas que llegan al país y se las somete a procedimientos de deportación por la vía rápida. Las personas de origen argelino son expulsadas rápidamente y por la fuerza a Argelia.
Como Alarm Phone estamos tratando de expandir nuestras redes y estamos trabajando en una sección sobre Argelia para futuros informes. Las personas migrantes marroquíes y argelinas constituyen el 60% de todas las llegadas. Como ya hemos comentado en otras ocasiones, no queremos hacer distinciones innecesarias entre las diferentes nacionalidades. Sin embargo, tanto Alarm Phone como la red más amplia de solidaridad “sin fronteras” deben prestar más atención a la situación peculiar de nacionales del norte de África para que podamos extender nuestros lazos de solidaridad a las distintas personas que se encuentran en todas las rutas migratorias del Mediterráneo occidental.
Este informe cubre los siguientes temas:
1 Travesías por mar y experiencias de AP
2.1 Tánger y el Estrecho de Gibraltar
2.2. Nador y los bosques
2.3 La ruta del Sáhara Occidental
2.4 Oujda
2.5 Los enclaves: Ceuta y Melilla
3 Política migratoria española
4 Naufragios y personas desaparecidas
Como siempre, basamos nuestro informe en las voces en el terreno de miembros de AP, adoptando una perspectiva de lucha y resistencia. Nuestro objetivo no es la objetividad periodística, sino el derribo de la Europa fortaleza.
1 Travesías por mar y experiencias AP
Al 27 de septiembre de 2020, han llegado a España este año 19.093 personas; 17.693 de ellas a través del mar Mediterráneo, 11.260 personas llegaron a las Islas Baleares y a la península, mientras que 6.116 llegaron a las Islas Canarias. 1.395 personas llegaron por tierra a los enclaves españoles de Ceuta y Melilla (ACNUR, 2020)
El 61% de las llegadas en 2020 entraron en España en los últimos 4 meses, con 5.002 llegadas sólo en septiembre. Además, ha habido un fuerte incremento en las llegadas desde que las medidas de Covid-19 comenzaron a suavizarse en España en mayo de 2020. Estos números quedan ilustrados en el siguiente gráfico.
Comparación de llegadas por mes entre 2019 y 2020.
Fuente:https://data2.unhcr.org/en/documents/details/79250
En el Mediterráneo occidental, Alarm Phone estuvo más ocupada de junio a septiembre (39 casos) que de enero a junio (29 casos). En el período abarcado por este informe, 20 embarcaciones llegaron a España, mientras que 10 fueron interceptadas. Alarm Phone registró dos naufragios, una patera desaparecida y una “devolución en caliente”. Además, el destino de cinco embarcaciones sigue sin estar claro.
Algunos casos de Alarm Phone en los últimos cuatro meses
El 31 de julio, a las 04:50 CEST, recibimos una llamada de una persona que conocía a gente en una embarcación que había salido de la zona de Tantan y Gulmin. Se dirigían a las Islas Canarias. Nos informó que la patera había partido el 30 de julio a las 07:00 CEST con 30 personas a bordo. Nos dio los números de teléfono de la gente abordo, intentamos contactar con ellas, pero nos fue imposible localizarlas. Nos pusimos en contacto con Salvamento Marítimo y la Guardia Civil para informarles sobre una patera navegando en precario. La personas a bordo seguían sin ser localizadas. Después de casi 18 horas de espera, recibimos un correo electrónico de la Guardia Civil de Las Palmas informándonos que la patera había sido rescatada. ¡BOZA! ¡Bienvenidas a Europa!
El 11 de septiembre a las 08:35 CEST, recibimos una llamada de una persona en una embarcación que había desembarcado en el Peñón de Alhucemas, territorio español a sólo 0,7 km de Marruecos. Nos informaron que eran un grupo de 5 personas de Camerún, que tenían mucho frío y que una mujer estaba enferma. A pesar de haber llegado a territorio español, las autoridades españolas devolvieron a las 5 personas a Marruecos. En una clara violación de la ley, no hubo ningún procedimiento administrativo y por lo tanto ninguna oportunidad de ejercer su derecho a solicitar asilo. Condenamos totalmente a las autoridades españolas por estas acciones. Solidaridad con nuestras hermanas y hermanos de Camerún y tantas otras que se enfrentan a estas criminales “devoluciones en caliente”.
2 Noticias de las regiones
2.1 Tánger y el Estrecho de Gibraltar
Los controles policiales en Tánger están siendo un elemento de respuesta del estado frente a la Covid-19. Las operaciones de control han tendido a concentrarse en el centro de la ciudad, mientras que las comunidades de migrantes viven principalmente en barrios periféricos o en los bosques que rodean la ciudad.
Sin embargo, se han declarado casos de desalojo y deportaciones tanto de mujeres y menores como de hombres. El 28 de julio, un grupo de casi 50 personas fue arrestado en la estación de tren de Tánger y reubicado forzosamente en un centro en Rabat.También ha habido desalojos en Bukhalef y Mesnana, barrios de las afueras de Tánger donde viven comunidades de migrantes, en su mayoría escondidas en las llamadas “tranquilas” (viviendas), con el constante temor de caer en los brazos de la policía. Miembros de Alarm Phone también informan que estuvieron en contacto con las víctimas de los arrestos en Tánger y de las deportaciones del 29 de septiembre. Las personas fueron trasladadas en autobuses a la región central del país, Casablanca y Rabat. También nos informan de que diariamente se producen ataques de ciudadanos marroquíes contra migrantes de origen subsahariano.
Aunque los controles se concentran en el centro de la ciudad de Tánger, las personas que esperan para cruzar en los bosques cercanos a la ciudad son sometidas a controles y a veces a arrestos violentos. El 31 de julio, un joven camerunés, Félix, murió en circunstancias sospechosas tras haber sido detenido y desnudado, junto con otras personas, por miembros de las Fuerzas Auxiliares de Marruecos en un bosque cerca de Tánger. Según los testimonios de varias personas que se encontraban con él, recogidos por la AMDH (Asociación Marroquí de Derechos Humanos), Félix murió después de recibir violentos golpes en la cabeza. Pasaron varias horas antes de que llegara una ambulancia. En un vídeo de dos minutos que se difundió ampliamente en las redes sociales, los jóvenes llevan el cuerpo de Félix, gritando “Los marroquíes mataron a nuestro hermano”. Las autoridades marroquíes han abierto una investigación para determinar las circunstancias y las causas de su muerte. Desde Europa, el sindicato español Confederación General del Trabajo (CGT) exigió a España que reconozca su responsabilidad en esta tragedia, aduciendo que es “consecuencia directa de lo que se vive o se sufre en las zonas fronterizas” debido a la externalización del régimen fronterizo de España y Europa a terceros países.
En cuanto a los cruces, los intentos no paran, pero la mayoría de las personas son interceptadas por la Marina Marroquí. Así, el 21 de julio, la Marina Real Marroquí anunció que habían interceptado a más de 100 personas en el mar y devueltas a los puertos de Nador y Tánger. Los cruces exitosos desde Tánger ya no son frecuentes, teniendo incluso consecuencias mortales. El 22 de julio, de un convoy de 14 personas, 6 murieron en el Estrecho de Gibraltar, sólo 8 llegaron a Algeciras. Hubo también algunos BOZA en los últimos meses. El 12 de agosto, cinco personas encontraron el camino a Ceuta y, como informó la activista Helena Maleno, el 9 y el 11 de agosto, cuatro convoyes de Tánger con 26 personas llegaron a Algeciras.
Las salidas desde Tánger se han visto reducidas debido al aumento de las medidas de seguridad. Esto está obligando a las personas a dirigirse al sur, especialmente a Layounne y Dakhla para embarcarse pero también a Mauritania. El aumento de las medidas de seguridad en las playas de Tánger está obligando a las personas a dirigirse al sur, especialmente a Layounne y Dakhla, pero también a Mauritania, para embarcarse. Se espera que esta situación continúe por el momento, sin embargo, a medida que el clima empeora, puede haber una disminución en el número de embarcaciones. No obstante, miembros de Alarm Phone temen que las travesías continúen a pesar de la llegada del invierno y de las duras medidas de control haciendo aún más peligroso cruzar el mar.
2.2 Nador y los bosques
La situación en los bosques alrededor de Nador siempre ha sido tensa. Las personas en tránsito se esconden y esperan su oportunidad para cruzar el Mar de Alborán o al cercano enclave español de Melilla, pero con el confinamiento debido a la Covid-19 se ha vuelto mucho más difícil sobrevivir. Aunque las redadas y arrestos de la policía han disminuido, es mucho más difícil y arriesgado pedir comida o donaciones en los caminos hacia Nador. Además, con la crisis económica en la ciudad de Nador, es más difícil que nunca encontrar trabajo pagado en metálico. En los campamentos improvisados la situación sanitaria es desastrosa y el acceso al sistema sanitario en la ciudad es limitado, por lo que la vida humana está en constante peligro cuando se vive en los bosques. No existen registros oficiales de las muertes en los bosques, pero los entierros de personas subsaharianas en fosas comunes pueden observarse en el cementerio de Zoutiya y de vez en cuando se difunden noticias concretas sobre nuevas muertes en el bosque.
El cierre de la frontera con Melilla, importante enclave comercial, así como el confinamiento, han provocado cuatro meses de estancamiento económico. El gobierno marroquí no ha logrado reactivar la economía local y la situación de los residentes es tensa. Durante el encierro y a lo largo de julio se cerraron importantes mercados semanales. Vendedoras y vendedores ambulantes y comerciantes fueron violentamente atacados y arrestados. En su declaración del 10 de julio, la AMDH también critica la grave falta de acceso a la atención médica y la ayuda alimentaria para las personas subsaharianas en tránsito. La mayoría de las asociaciones locales suspendieron sus programas durante el confinamiento. Sólo a mediados de julio unos pocos reanudaron lentamente la organización de la ayuda alimentaria y el apoyo básico a las personas con necesidades urgentes, en su mayoría mujeres embarazadas.
El Estado está también aprovechando este momento para extender su control sobre el sector humanitario. La AMDH se pronunció en contra de una aplicación recién creada, “RefAid”. Oficialmente, “RefAid” está destinada a facilitar el acceso a la ayuda de emergencia a las personas necesitadas, pero también recoge datos sobre la ubicación de sus usuarios. La gran preocupación es que podría ser utilizada como herramienta por el Estado marroquí, permitiendo a las autoridades rastrear los movimientos de las personas en el bosque.
El número de intentos de las personas subsaharianas para cruzar a España sigue siendo bajo, pero algunos de esos intentos han sido letales. El 31 de julio, dos cuerpos fueron llevados al hospital Hassani de Nador. Se habían ahogado en un naufragio frente a Ras el Ma, un pequeño pueblo al este de Nador. Sabemos de sólo unas pocas travesías exitosas de las comunidades subsaharianas. Los días 16 y 23 de agosto son dos ejemplos de ello. En cada ocasión, dos personas en tránsito procedentes de África subsahariana consiguieron llegar a Chafarinas y fueron finalmente trasladadas a Melilla.
En marcado contraste con las dificultades que han tenido las personas subsaharianas para reanudar con las travesías, los nacionales marroquíes de Nador parecen salir de la ciudad en cantidades asombrosas. La AMDH de Nador considera que este fenómeno es un efecto directo del fracaso del Estado para la protección de la economía local.
Cabe señalar que el actual aumento de las salidas de nacionales de Marruecos desde Nador en dirección a España está claramente relacionado con las medidas de empobrecimiento aplicadas por las autoridades de Nador contra importantes sectores de la población: cierre de zocos y tiendas, confiscación de bienes de los comerciantes locales y cierre de fronteras que afecta a las trabajadoras marroquíes en Melilla. Una verdadera crisis económica y social donde las autoridades no están ofreciendo ninguna solución a estas miles de ciudadanas excluidas, salvo la represión y la prohibición de las protestas. Al mismo tiempo, las puertas parecen estar abiertas para la salida de los jóvenes.
El número de travesías por el mar de Alborán ha aumentado constantemente en los últimos tres meses. También hay picos intermitentes en los datos. Estas travesías las realizaron principalmente personas de nacionalidad marroquí y argelina.
El 8 de julio, Salvamento Marítimo y la Guardia Civil rescataron a 70 personas de 5 pateras diferentes en su camino hacia las costas de Murcia.
El 20 de julio, dos pateras que transportaban 116 personas fueron rescatadas por Salvamento en el Mar de Alborán.
El 24 y 25 de julio, fuimos testigos del mayor número de llegadas, con 454 personas llegando a la costa de Murcia.
El 28 de agosto, 184 personas llegaron a Murcia en 13 pateras.
El 13 y 14 de septiembre, la Cruz Roja informó que en 48 horas, 250 personas llegaron a Almería en 16 o 17 pateras diferentes.
El 21/22 de septiembre, en 24 horas, 13 pateras que transportaban 170 personas de Argelia llegaron a la costa española, a la comunidad de Murcia. Esa misma noche, 64 personas de nacionalidad marroquí fueron rescatadas por Salvamento Marítimo en el Mar de Alborán de 4 pateras diferentes. Además, 198 personas de 13 embarcaciones más llegaron a las islas Baleares.
En el pasado, los grupos de personas que cruzaban el Mar de Alborán solían ser más grandes. Estas embarcaciones, en general, sólo transportan alrededor de 10 personas a bordo. Queda por ver cómo se desarrollarán los viajes a través del Mar de Alborán y si las personas procedentes de África Subsahariana volverán a intentar hacer esa travesía.
2.3 La ruta del Sáhara Occidental
Como hemos visto en estos últimos meses, cada vez hay más barcos que salen de Mauritania y Senegal, y en agosto hubo un aumento de las llegadas a las Islas Canarias desde Mauritania y Senegal. También hay llegadas de lugares como El Aaiún, Dakhla, Tarfaya y Tan Tan. Algunas semanas, puede llegar a cientos de llegadas.
Este informe del miembro de Alarm Phone B., de El Aaiún, resume el desarrollo en los últimos meses de la ruta de las Islas Canarias. Mientras ha habido una caída significativa en las llegadas en otros lugares del Mediterráneo Occidental, no es igual para las Islas Canarias. Según el ACNUR, 1460 personas en tránsito llegaron entre junio y agosto de 2020 (además de las 2555 llegadas de enero a mayo). En septiembre se produjo otro gran aumento de las llegadas, con más de 2.000 personas, con lo que el total de llegadas a Canarias en 2020 ascendió a 6.116 personas (al 27 de septiembre). Esto es 6 veces más alto que el mismo período en 2019. Una quinta parte de estas personas son mujeres. En otras regiones del Mediterráneo Occidental, sólo el 6% de las personas que viajan son mujeres. El alto número de llegadas, especialmente en septiembre, significó que hubo varias semanas con cientos de llegadas. A veces hay cientos en un día, como el 6 de septiembre que vio 140 llegadas en seis barcos; el 8 de septiembre, 160 llegadas en siete barcos; y el 15 de septiembre, 130 llegadas en diez barcos.
En agosto, varias travesías en barco fueron noticia, en particular una serie de tragedias entre Mauritania, el Sáhara Occidental y las Islas Canarias. En los primeros días de agosto, se produjeron 7 muertes en un barco con unas 60 personas. El barco fue rescatado más tarde por la Marine Royale, pero otras 13 personas siguen desaparecidas. Tenemos constancia de otra tragedia con 10 fallecidos y 10 sobrevivientes cerca de Dakhla al mismo tiempo que un cayuco fue encontrado a la deriva cerca de Nouadhibou con 28 muertos y un solo superviviente. Sólo dos semanas después, se encontraron otros dos cayucos naufragados al sur de Gran Canaria, el primero con 6 personas fallecidas y 9 supervivientes y el segundo con 15 personas fallecidas y sin supervivientes. Este último cayuco probablemente había partido de Nouadhibou. Sus ocupantes murieron por deshidratación. Según el activista de Alarm Phone B., la reaparición de esta ruta letal se debe a un cambio en la gestión de las fronteras marroquíes:
Hace dos años, Marruecos introdujo restricciones de viaje para ciertos países como Guinea, Malí y el Congo entre otros, por lo que ciertas personas quedaron atrapadas en Nouakchott o Nouadhibou. Estas personas comenzaron a crear sus propias redes de viaje desde allí. Marruecos cree que puede solucionar el problema con estas restricciones, pero sólo están empeorando las cosas. El punto de partida está cada vez más al sur y eso es demasiado peligroso. La gente puede perderse fácilmente en el océano. El motor puede fallar. Hay muchos riesgos y podemos esperar muchos más naufragios en la ruta de las Islas Canarias.
[…] Hay muchas personas de nacionalidad marroquí entre las que viajan, lo que ilustra las dificultades que pasan la juventud marroquí, razón por la cual buscan una vida mejor en otro lugar. Al igual que las personas subsaharianas que cruzan los desiertos, arriesgan sus vidas y piensan que una vez en Europa, saldrán de la miseria en la que viven.
Sin embargo, una vez llegadas a las Islas Canarias, sus dificultades están lejos de haber terminado. Los últimos meses han exacerbado mucho la situación. Sin traslados de personas a la península, la capacidad de acogida de las islas está totalmente sobrepasada . Durante los dos últimos meses en particular, las personas recién llegadas han sido obligadas a acampar en el asfalto del puerto a su llegada, a dormir en campos deportivos, almacenes del puerto o incluso en complejos turísticos. Desde junio las pruebas del Covid-19 son obligatorias para las personas que viajan, lo que ha aumentado los días de espera en campamentos improvisados y en condiciones deplorables bajo el sol abrasador con temperaturas superiores a los 40°C. El puerto de Arguineguín ha acogido entre 300 y 450 personas en las últimas semanas y los amarres están abarrotados de cayucos desocupados que se utilizaron para el viaje.
Barcos vacíos en el puerto de Arguineguín en septiembre de 2020. Fuente cadenaser.com / Europa Press
Si bien las autoridades están tratando de aumentar el número de plazas de acogida, también existe una necesidad urgente de reorganizar el sistema general de pruebas del Covid-19 y el alojamiento a su llegada. Ya se están redistribuyendo las nuevas llegadas entre las diferentes islas (por ejemplo, a Tenerife en lugar de Gran Canaria), lo que puede crear situaciones confusas y peligrosas por falta de coordinación, como el 21 de septiembre cuando un buque de Salvamar recibió instrucciones contradictorias en pleno rescate (véase punto 4, Política migratoria española). Pero sin traslados al continente, podemos esperar que la situación empeore en los próximos meses. ¡Abrir más CIEs y reactivar los vuelos de deportación (ver punto 4) NO son una solución!
Incluso durante la crisis del Coronavirus, el testimonio de una persona deportada de Gran Canaria a Mauritania en julio de 2020 muestra que a menudo las deportaciones son arbitrarias:
Yo nunca había pisado Mauritania antes de hacer BOZA!. Pasamos cinco días en el mar, el día que nos rescataron estábamos agotadisimos. Luego estuvimos en Las Palmas durante un mes y una semana. Nos dijeron que nos liberarían en una semana, pero después vino un oficial mauritano y nos dijo que habíamos salido de Mauritania. Aunque dijimos que no, que nosotros habíamos salido desde más al norte, pero, aún así nos deportaron a Mauritania.
(Fuente: AP Marruecos)
En Marruecos, la Covid-19 también ha tenido un fuerte impacto y es una excusa más para la represión y el control arbitrario del Estado. 14 personas que viajaban en un barco a Fuerteventura dieron positivo a su llegada a España, lo que motivó que Marruecos lanzara una campaña de pruebas forzosas de Covid-19 para la comunidad subsahariana en El Aaiún. Los agentes de policía irrumpieron en las casas, arrestaron a la gente en las calles o en sus negocios y los pusieron detuvieron. La policía afirmó que el procedimiento de la prueba duraría cuatro horas, pero, en realidad, las personas terminaron detenidas durante 5 a 7 días, en condiciones horribles, sin ropa ni acceso adecuado al agua ni a la comida. Como afirma una fuente de AP, a las personas las sacaron de sus casas y les hicieron las pruebas “como si fueran ovejas”. Las personas procedentes del África subsahariana se enfrentan a la sospecha generalizada de que son portadores del virus – otra suposición racista. La AMDH Marruecos se opone a estas prácticas y señala que el coronavirus se está utilizando como un instrumento más para controlar y detener a la población subsahariana.
25 de junio, Laayoune: La policía mantiene a las personas Africanas detenidas, supuestamente por las pruebas de Covid-19.
Fuente: AP Marruecos
En otro centro de detención en Tarfaya, un grupo de casi 50 personas fue detenido durante semanas. Algunas de ellas intentaron escapar a finales de junio saltando por las ventanas, cuando las capturaron de nuevo y las llevaron de vuelta al centro, las autoridades respondieron tapiando las ventanas con ladrillos y cemento, dejando a los detenidos en habitaciones con un calor insoportable y falta de oxígeno.
Los arrestos y las detenciones arbitrarias no son las únicas prácticas racistas a las que se enfrentan las personas subsaharianas en tránsito. Con la política actual de abandonar a su suerte a los pasajeros interceptados en el norte del país, las personas de origen subsahariano tienen que pagar unos 200 euros por el viaje de regreso al Sáhara Occidental. Varias compañías de autobuses también han aumentado las tarifas entre los destinos en el interior del Sáhara Occidental. El miembro de Alarm Phone K. explica la situación de la siguiente manera:
Por ahora, tienes que negociar. Cuesta entre 500dh y 700dh [50-70 euros] un viaje entre Tan Tan y Laayoune. Lo mismo vale desde Laayoune a Dakhla. […] Las agencias de viajes como SUPRA TOUR piden la tarjeta de residencia, la agencia GAZALA rechaza categóricamente la venta de billetes, la agencia CTM finge que ya no tienen asientos disponibles. Después de preguntar varias veces en diferentes días, me quedó claro que no se trata de espacio en un autobús, sino del color de mi piel.
2.4 Oujda
Desde Alarm Phone Oujda informan de que desde julio, la militarización de la zona fronteriza entre Marruecos y Argelia ha aumentado según han observado los habitantes de la zona. A pesar de la falta de declaraciones oficiales, las familias a ambos lados de la frontera afirman que este aumento de la militarización es visible. Las manifestaciones contra el cierre de la frontera entre Marruecos y Argelia han cesado completamente debido a la pandemia de Covid-19.
La región de Oujda sigue siendo uno de los lugares elegidos por las autoridades marroquíes para desplazar por la fuerza a las personas en tránsito. En el período comprendido entre el 15 de julio y el 27 de septiembre, se informó a Alarm Phone Oujda que 115 personas, entre las que se encontraban siete mujeres y ocho menores, fueron llevadas por la fuerza desde Rabat, Nador, Tetuán, Casablanca y Tánger a tierra de nadie en la frontera. Como suele ocurrir, las personas fueron abandonadas entre medianoche y las 04:00 cerca de la aldea de Tiouli en la región de Jerada.
El procedimiento habitual es que, después de un largo viaje con muy poca comida y muy poca agua, les roban los teléfonos y el dinero y a veces incluso les dan una paliza. Después de todo esto, deben intentar llegar a pie hasta Oujda, la ciudad más cercana, este trayecto tiene una duración de entre uno a dos días, pero a veces se tarda más de una semana, dependiendo de las condiciones de salud. Las mujeres tienen que mendigar dinero para sobrevivir en las rotondas, de donde son ahuyentadas. A veces la policía las lleva lejos de la ciudad obligándolas a enfrentarse a toda clase de obstáculos en su intento de volver a la ciudad. La gente de Oujda informa que también hay un número creciente de niñas, niños y menores que viven solas en las calles.
2.5 Los enclaves: Ceuta y Melilla
A pesar de las restricciones debidas al Covid-19, las “devoluciones en caliente” o sumarias (las cuales no son reconocidas como tales por el gobierno español) la gente sigue encontrando maneras de cruzar a los enclaves españoles y de allí a la península ibérica.
Los BOZAs invertidos, desde España hacia Marruecos, han sido constantes debido al cierre de frontera que para sus propios nacionales ha llevado a cabo el gobierno marroquí durante todo el confinamiento, a finales de septiembre sólo había autorizado el regreso de unos pocos cientos de sus nacionales. Un buen ejemplo de estas nuevas BOZAs lo encontramos el 25 de agosto, cuando una mujer consiguió llegar a nado desde Ceuta hasta Marruecos ante los ojos de los atónitos bañistas y navegantes. Las ciudadanas y ciudadanos marroquíes están atrapadas en los enclaves desde el cierre de la frontera el 13 de marzo.
Según ACNUR, desde nuestro último informe, 152 personas cruzaron por tierra a los enclaves de Ceuta y Melilla y unas 330 por mar (260 a Ceuta, 70 a Melilla). Aquí hay algunos ejemplos de cómo las personas todavía siguen ejerciendo su derecho a la libertad de movimiento:
El 4 de junio, cuatro hombres escondidos en un camión que partió de Ceuta fueron encontrados por la policía en Vélez-Málaga.
El 27 de septiembre, siete personas llegaron en patera a Ceuta tras ser rescatadas por Salvamento Marítimo.
El 20 de agosto, 300 personas intentaron saltar de nuevo la valla de Melilla, casi un año después del último gran salto de 155 personas en Ceuta (Alarm Phone informó del intento aquí) y tan sólo unos meses después del intento en abril de 260 personas intentando alcanzar Melilla.
Alrededor de 30-50 personas llegaron al enclave pero una de las personas que trataba de acceder a Europa murió durante el intento de cruzar la frontera fuertemente fortificada. Las autoridades afirman que esta persona falleció por “causas naturales”. Los activistas locales están exigiendo el completo esclarecimiento de las causas de la muerte de esta persona.
Sin embargo, el grado en que las autoridades pueden ser juzgadas sigue siendo cuestionable. Esto se ejemplifica con los últimos acontecimientos en el caso Tarajal. A finales de julio, el tribunal de Cádiz desestimó los recursos de las ONG y los familiares de los fallecidos que tratan de procesar a los funcionarios de la Guardia Civil por varios cargos de homicidio en relación con los asesinatos del 6 de febrero de 2014.
Para evitar que las personas accedan a los enclaves, tanto las autoridades marroquíes como las españolas están reforzando las vallas fronterizas que los rodean, con un coste de miles de millones de euros y muchas vidas. No sólo se ha aumentado la altura de las vallas hasta 10 metros y se han reforzado sus cimientos, sino que en junio se sustituyeron las concertinas de la parte superior de las vallas fronterizas españolas por tubos curvados “peines”.
La valla fronteriza española con los nuevos cilindros anti-trepadores. Fuente: Redouan M.J.
Se van a complementar con cilindros anti-subidas, haciendo aún más difícil el salto, y dando a la Guardia Civil más tiempo para llegar a los intentos de cruzar la frontera. Esto facilitará la práctica de las devoluciones en caliente y no dejará vías legales para que las personas que han sido forzadas a migrar entren en los enclaves. Mientras el Ministerio del Interior español presenta la nueva valla como una forma más humana y “menos sangrienta” de impedir los cruces (o la libertad de movimiento para todas), oculta el hecho de que se están instalando cantidades masivas de concertinas al otro lado de la frontera. El Ministerio se asegura de esa manera, que la próxima vez que se publiquen fotos brutales de personas mutiladas o cadáveres rotos causando una condena generalizada, Marruecos estará en el punto de mira. Una solución limpia al problema de las relaciones públicas de España.
Las concertinas en las fronteras española y marroquí en la zona de Benzu. Fuente: Redouan M.J.
Mientras tanto, la situación de las personas migrantes en los enclaves, ya sea en las calles o en instalaciones como los CETIs (Centros de Estancia Temporal de Inmigrantes, centros de detención de migrantes en España) sigue siendo insoportable. Cuando el Tribunal Supremo dictaminó en julio que las personas que solicitan asilo en Ceuta o Melilla tienen derecho a trasladarse a la península después de que se haya aceptado su solicitud de asilo, se esperaba que algunas personas fueran finalmente trasladadas a la península, lo que aliviaba en cierta medida la situación en los enclaves. Pero hasta ahora no se ha realizado ningún traslado, incluso después de un brote de infecciones de Covid-19 en el CETI de Melilla. En lugar de dejar pasar a la gente a la península española, el gobierno utilizó el hacinamiento de los centros para legalizar la deportación de 600 personas de nacionalidad Tunecina desde Melilla. Todas estas medidas fueron recibidas con protestas, tanto en los centros como en las calles de los enclaves.
3 Política migratoria española
Durante bastante tiempo hemos sido testigos del endurecimiento de la política española en materia de migraciones y extranjería, mediante la externalización de sus fronteras, detenciones, deportaciones y trabas administrativas para la regularización de las personas migrantes. Los acuerdos con terceros países se van acrecentando conforme aumenta el número de llegadas de nacionales de ese estado a territorio español. Durante las vacaciones de verano el Ministro de Interior Grande-Marlaska visitó Argelia con el objetivo de “abrir nuevas vías de cooperación” frente a la migración irregular. Los motivos de esta intempestiva visita en plenas vacaciones de verano podemos atribuirlo a que en lo que va de año el 46% de las llegadas en patera a través del Estrecho y el Mar de Alborán —el flanco occidental del Mediterráneo que no incluye la vía canaria—, parten de Argelia. Un porcentaje que al cierre de 2018 y 2019 se mantuvo entre el 5% y el 10%.
Otro claro ejemplo de la externalización de fronteras y de la represiva política migratoria española podemos encontrarlo en el hecho de que el Ministerio de Interior ha triplicado las subvenciones a países africanos para contener la migración irregular. Marruecos, socio clave y privilegiado, ha recibido el mayor aporte, pero también han aumentado las transferencias a Guinea Conakry, Malí, Costa de Marfil y Gambia, principales emisores de personas migrantes hacia España. En el 2020 el Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, dictó una resolución de carácter reservado por la que acuerda la adquisición, por 1,5 millones de euros, de material policial para su posterior donación a siete países africanos (Costa de Marfil, Gambia, Guinea Conakry, Mauritania, Senegal y Túnez) con el fin de ayudarles a “combatir la inmigración irregular” que parte o atraviesa sus territorios con destino a España. En la lista también aparece Túnez, que no es uno de los socios preferentes, pero con quien España busca estrechar las relaciones para frenar el reciente tránsito de tunecinos a través de Melilla.
Estamos siendo testigos de una militarización nunca vista antes en la frontera sur española, la Guardia Civil y los efectivos de Frontex, ambos efectivos militares y sin ninguna experiencia o formación específica en rescates, están expulsando del tablero de juego que son el Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico a los efectivos de Salvamento Marítimo, rescatadores civiles profesionales que forman parte de un organismo con más de 25 años de experiencia. Desde la Confederación General del Trabajo (CGT), el sindicato con mayor representación entre los tripulantes de la flota, denuncian que las decisiones se toman en despachos a miles de kilómetros de donde se están produciendo los rescates y por personas que en la mejor de las circunstancias son marinos que no han navegado en su vida.
Los controladores de los diferentes centros de coordinación han dejado de coordinar y se producen situaciones extremadamente peligrosas como la que escuchamos en la grabación de una conversación entre la controladora, tripulantes de una Salvamar y Guardia Civil en las Islas Canarias. “Estoy con el cayuco en la banda. ¡Dime qué hago ya!”, se escucha decir a la tripulación del Salvamar Menkalinam, en comunicación con la torre de control, en un audio difundido por los grupos de emergencia. El tripulante recibió la orden de dejar el rescate a la Guardia Civil cuando ya tenía la embarcación abarloada. “Esto no se puede hacer. Hay que tomar decisiones antes de llegar la embarcación de rescate a la zona (…) Estoy jugando con vidas”, añade, visiblemente molesto, el tripulante del buque de rescate, que se vio obligado a soltar los cabos y volver a dejar a la deriva a las personas que en él viajaban.
Ismael Furió Secretario de Organización de CGT Mar y Puertos explica que en ese momento en que las personas que después de varios días en el mar se veían por fin rescatadas, volver a dejarlas a la deriva causa un miedo atroz y que pueden llegarse a situaciones de pánico donde algún ocupante decida que lo mejor es tirarse al mar e intentar subir al barco de rescate y ahí tenemos una tragedia que podría haberse evitado completamente.
Otra de las denuncias hechas desde la CGT es que las decisiones en los rescates se toman por motivos mercantilistas, basándose en qué centro de detención tiene plazas libres o en desde que aeropuerto va a salir el próximo vuelo de deportación; salvar vidas ha dejado de ser el eje sobre el que giraban las decisiones implicadas en los rescates marítimos. Estamos de acuerdo con el tripulante de la Menkalinam cuando asevera “se está jugando con las vidas de personas a la deriva”. Desde Alarm Phone instamos a la coordinación eficaz entre los distintos actores implicados en el rescate marítimo con el único objetivo de salvar vidas en el mar.
El Ministerio de Interior, el pasado 24 de septiembre ordenó la reapertura de los 8 Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) en estado español, tras casi cinco meses cerrados por la pandemia y retoma así los internamientos de inmigrantes en situación irregular para su posterior expulsión. La decisión llega pocos días después del viaje del ministro Fernando Grande-Marlaska a Mauritania para tratar el repunte de llegadas a las Islas Canarias y a reforzar la importancia de su socio. Mauritania, un país que readmite a las personas migrantes de terceros países que han llegado irregularmente a España, por el mero hecho de haber transitado o partido desde su territorio. (Acuerdo similar al vigente con Marruecos desde 1992 y reactivado por Marlaska inmediatamente después acceder al cargo de Ministro de Interior en 2018.
Estas políticas de detención y expulsión han sufrido un varapalo judicial, un precedente en la defensa de los derechos humanos fraguado en los juzgados de Canarias al aplicarse por primera vez una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. En la gran mayoría de las ocasiones el juez de instrucción acordaba el internamiento en el CIE a petición de la policía, a partir de ahora es considerado como una autoridad competente para recibir también la solicitud de protección internacional, algo que hasta ahora solo hacía la policía. Desde el mismo momento en que el juez recibe esta solicitud de manera verbal, el solicitante debe ser considerado como tal a efectos oficiales. “Todo esto demuestra la importancia de una buena asistencia jurídica a los migrantes que llegan a las islas”, afirman desde la Subcomisión de Extranjería del Colegio de Abogados de Tenerife. “Hasta ahora, la policía atendía las solicitudes de asilo cuando las personas migrantes estaban en el CIE, pese a que deberían hacerlo antes. Hay gente que pide protección nada más llegar a tierra. Tras la sentencia se reconocen a los jueces de instrucción como autoridad ante la que se puede solicitar el derecho de asilo, se garantiza que los solicitantes no entren en un centro de internamiento, sino que vayan a un centro de acogida humanitaria. Y esto lo cambia todo”.
Gracias a la actuación de las abogadas y abogados del turno de oficio y de la jueza de instrucción se impidió la deportación de 31 ciudadanos malienses en los vuelos de deportación organizados por FRONTEX, atendiendo a la recomendación de ACNUR de no devolución de malienses.
4 Naufragios y personas desaparecidas
El 18 de julio, Alarm Phone informó de una zodiac con 63 personas a bordo desaparecida en su camino a las Islas Canarias. No hemos podido encontrar rastro alguno de ellas desde entonces.
El 22 de julio, 6 personas murieron en un naufragio en el Estrecho de Gibraltar, sólo 8 personas sobrevivieron, según informó Caminando Fronteras.
El 23 de julio, se encontró un cuerpo a una milla náutica de la costa de Morro Jable, Fuerteventura.
El 30 de julio, el cuerpo de un joven fue recuperado entre 9 sobrevivientes de la costa de Almería.
El 30 de julio, el cuerpo de un joven argelino fue recuperado frente a Almería entre 12 sobrevivientes que habían estado a la deriva durante varios días en el mar.
El 30 de julio, dos nacionales subsaharianos se ahogaron en un naufragio frente a Ras el Ma. Los 13 supervivientes fueron llevados de vuelta a Marruecos.
El 3 de agosto, una patera que transportaba 11 personas zozobró en su camino hacia Almería. Sólo se pudo rescatar con vida a tres personas y se recuperó un cuerpo. Las otras 7 viajeras siguen desaparecidas.
El 3 de agosto, 7 personas murieron y 13 permanecen desaparecidas, todas pasajeras de una zodiac que transportaba 60 personas y que zozobró frente a Tarfaya en su camino a las islas Canarias, según informó Caminando Fronteras.
El 5 de agosto, 10 personas se ahogaron al sureste de Dakhla, mientras que otras 10 sobrevivieron.
El 5 de agosto, 27 personas se ahogaron en las costas de Nouadibou, Mauritania, dejando sólo un sobreviviente.
El 19 de agosto, 15 personas fallecieron a 81 millas al suroeste de Gran Canaria. Las empleadas de Salvamento encontraron los 15 cadáveres a bordo del bote, probablemente muertas de deshidratación.
El 20 de agosto, 5 personas fueron encontradas muertas y una sexta falleció camino del hospital, cuando 11 personas fueron rescatadas a 110 millas al sur de Gran Canaria.
El 22 de agosto, 11 argelinos desaparecieron y 4 fueron rescatados de una patera en el Mar de Alborán.
El 30 de agosto, dos ciudadanos sirios murieron mientras intentaban cruzar desde la playa de Ras el Ma en una moto acuática.
El 1 de septiembre, el cuerpo de una mujer fue encontrado flotando en Chafarinas. No se pudo precisar su identidad.
El 5 de septiembre, un cuerpo llegó a la costa de Melilla.
El 7 de septiembre, los restos de un naufragio arrastraron un cadáver a la playa de la Restinga, Fnideq.
El 8 de septiembre murieron 2 personas, presumiblemente por deshidratación o hipotermia. Su embarcación, que transportaba 58 pasajeros en total hacia las Islas Canarias, fue rescatada a 5 km de Santa Cruz de Tenerife.
El 9 de septiembre, se descubre un cuerpo no identificado flotando frente a Chafarinas.
El 17 de septiembre, un padre y sus dos hijos murieron en un naufragio que transportaba a 12 personas cerca de la isla de Habibas, comuna de Bouzedjar, Argelia. La madre sigue desaparecida.
El 29 de septiembre, después de su salida de Ceuta, 3 personas murieron en el Mar de Alborán, después de varios días a la deriva, sólo una persona fue rescatada y llevada a Almería.
Cómo Alarm Phone, estamos tristes y enfadadas por cada muerte en el mar. Son asesinatos políticos y seguiremos luchando por la libertad de movimiento de todas.