Después de una odisea nocturna, 31 personas, entre ellas 4 mujeres, desembarcaron en el enclave español de Melilla de forma independiente. Ayer, alrededor de las 13.00 horas CEST, se pusieron en contacto con el Alarm Phone y pidieron ayuda. Habían salido de Nador a las siete de la mañana. No pudimos recibir una posición GPS precisa, pero pudimos localizar un cargo que vieron a su lado. Nos mantuvimos en contacto con ellos durante muchas horas. Informamos repetidamente a las autoridades españolas sobre el caso, pero se limitaron a afirmar que el barco no estaba en su zona de búsqueda y rescate. Salvamento Marítimo informó al MRCC de Rabat que dijo que llevarían a cabo la operación de rescate. Hablamos con MRCC Rabat varias veces también y aunque prometieron comprometerse, nadie se presentó para apoyar a los viajeros necesitados.
Pasaron las horas, y cuando oscureció, la situación se volvió cada vez más peligrosa. Aunque estaban ansiosos, los viajeros no se dieron por vencidos, sino que siguieron adelante a pesar de haber sido descuidados por las autoridades españolas y marroquíes. Increíblemente, lograron llegar a Melilla a salvo y por su cuenta. Nos alivia que hayan sobrevivido, pero su odisea pone claramente de manifiesto una política de negligencia, en la que las autoridades españolas y marroquíes se responsabilizan mutuamente sin que nadie se involucre. Condenamos enérgicamente su comportamiento: si los viajeros hubieran perdido la vida, se habría debido a su inactividad.