Hace ocho años, el 11 de octubre de 2014, pusimos en marcha el Alarm Phone, una línea de atención a personas en situación de peligro en el mar. Elegimos ese día porque era el aniversario de una catástrofe ocurrida el 11 de octubre de 2013, cuando las autoridades italianas y maltesas retrasaron el rescate de un barco que se hundía. Debido a este retraso, murieron más de 200 personas.
En los últimos ocho años, nuestros equipos están disponibles las 24 horas del día y han asistido a más de 5.000 embarcaciones en peligro a lo largo de las diferentes rutas marítimas hacia Europa: el mar Mediterráneo, el Atlántico hasta las Islas Canarias y, desde 2022, también el Canal de la Mancha, desde Francia hacia el Reino Unido. Algunas de las 5.000 embarcaciones llevaban sólo cinco o diez personas, la mayoría entre 30 y 80 individuos, pero también a menudo más de 100 personas y ocasionalmente incluso más de 500 personas en tránsito.
Tras el teléfono, nos hemos convertido en testig*s de las desapariciones y ahogos de miles de personas. Hemos escuchado a algun*s familiares y amig*s en su búsqueda desesperada de sus seres querid*s, en su búsqueda de respuestas. También hemos sido testig*s de violentas devoluciones y abandonos mortales, y de cómo much*s de l*s que nos llamaron fueron capturad*s en el mar y devuelt*s a la fuerza a los lugares de los que habían tratado de escapar.
Al mismo tiempo, hemos vivido innumerables momentos de alegría, resistencia y solidaridad, con personas que llegaron a Europa con vida o fueron rescatadas justo a tiempo. Hemos sido testig*s de cómo las personas en tránsito se organizaron colectivamente para subvertir las fronteras de la UE, y de cómo construyeron estructuras de apoyo mutuo a lo largo de sus viajes. Y hemos formado parte de las crecientes redes de solidaridad: desde la flota civil y los aviones civiles que recorren mares y cielos, algunas tripulaciones de buques mercantes, hasta los movimientos activistas de base que se han unido para contrarrestar la violencia fronteriza.
En el Mediterráneo occidental, entre Marruecos y España, todavía podemos ver algunos casos de operaciones de rescate proactivas llevadas a cabo por el Salvamento Marítimo español, a menudo a lo largo de la ruta hacia las Canarias. Sin embargo, España y la UE en su conjunto siguen financiando a Marruecos para que haga de guardián de Europa y, como consecuencia, hemos visto una horrible brutalidad fronteriza en esta región, como se ha demostrado recientemente cerca de Melilla. El 24 de junio de 2022, al menos 40 personas fueron asesinadas en una masacre racista en la valla del enclave español, una escena insoportable de violencia neocolonial, llevada a cabo por las fuerzas marroquíes pero suscrita por las políticas de migración y fronteras de la UE. Son algun*s de los miles de personas que se calcula que pierden la vida en las fronteras españolas cada año, especialmente en la ruta atlántica.
La guerra contra las personas en tránsito es una realidad cotidiana también en el mar Egeo y en la frontera terrestre entre Turquía y Grecia. Tanto el gobierno griego como el turco utilizan a las personas en tránsito como peones en sus juegos de poder militaristas y nacionalistas. Aunque las devoluciones en caliente por parte de l*s grieg*s llevan mucho tiempo produciéndose, se volvieron sistemáticas a partir de marzo de 2020. Incluso personas que ya han pisado las islas griegas son obligadas a subirse a pequeñas balsas salvavidas para ser abandonadas en aguas turcas. Hay que llamarlos por lo que son: casos de intento de asesinato. Estos crímenes fronterizos son ya rutinarios en el Mar Egeo y en la región de Evros. En marzo, la niña María, de 5 años, fue una de las víctimas mortales de este régimen de devolución en caliente.
En el Mediterráneo Central se ha instaurado un régimen de pull- y push-back (devolución en caliente), sobre todo gracias a la colaboración entre los drones de Frontex y los aviones de la UE con los llamados guardacostas libios. Como los medios de la flota civil suelen estar presentes en esta zona fronteriza, se han podido contrarrestar muchos casos de no asistencia e intercepción, rescatar a personas y documentar y denunciar públicamente los delitos fronterizos. No obstante, la ruta del Mediterráneo Central sigue siendo una de las más mortíferas del mundo, sobre todo porque los Estados miembros de la UE siguen abandonando conscientemente las embarcaciones en peligro en las zonas más peligrosas de las costas libias y tunecinas.
Un número cada vez mayor de l*s que han sobrevivido a las travesías marítimas hacia la UE tienen que volver a utilizar embarcaciones endebles cuando intentan llegar al Reino Unido. Las llegadas a través del Canal de la Mancha han aumentado considerablemente en los últimos años. En vista de ello, en 2022 decidimos integrar la ruta del Canal en el trabajo del Alarm Phone. Nuestro equipo de WatchTheChannel ha investigado y preparado un manual de socorro junto con otras redes locales de Francia y el Reino Unido.
Todas las rutas marítimas son espacios políticamente disputados. Las personas que se desplazan ejercen su libertad de movimiento, mientras que nosotr*s, como red del Alarm Phone, tratamos de hacer realidad la solidaridad a lo largo de las diferentes rutas. Los movimientos de migrantes y la tenacidad de las personas en movimiento siguen siendo los motores de la lucha contra los regímenes de apartheid europeos y mundiales. Miles de llegadas autónomas siguen desafiando al cierre y la externalización de las fronteras de la UE. Al mismo tiempo, continúan las luchas autoorganizadas por el derecho a la permanencia y contra la explotación racista dentro de la UE. L*s familiares y amig*s de l*s desaparecid*s y l*s muert*s siguen organizando CommemorActions para recordar y buscar a sus seres queridos, mientras protestan contra la violencia fronteriza que los desapareció o mató.
Hemos luchado durante ocho años.
Continuaremos.
Nunca nos rendiremos.
Alarm Phone
Octubre 2022